Las aseguradoras deben afrontar el reto de la longevidad combinando seguros vitalicios con soluciones asistenciales
La probabilidad de supervivencia en las edades más avanzadas está aumentando, reflejo de la mayor longevidad generalizada, suponiendo para la industria aseguradora un reto en su gestión, provocando una presión al alza en la tasa de dependencia demográfica, que alcanzará en España un valor de 87,7 en 2066 (53,5% en 2016).
Asimismo, este desafío de la longevidad implicará la necesidad de que las Instituciones públicas y la sociedad se adapten a esta realidad, por ejemplo, en materia normativa. “Hay que estar preparado para afrontar los cambios, con una normativa acorde a ellos y desde un enfoque bioético que garantice, al mismo tiempo, los derechos de los asegurados”, apuntó Galdeano.
En este punto, Galdeano se refirió a que, desde un punto de vista técnico-actuarial, la edad cronológica no es un indicador tan fiable para medir el reto de la longevidad, puesto que no abarca de forma completa los factores personales y sociales de cada individuo. Debe tenerse en cuenta la edad biológica, que considera los hábitos de vida. “Esto implica la necesidad de datos, para poder tarificar correctamente. El problema es salvar las barreras éticas, morales y normativas”, apuntó.
La industria aseguradora, concluyó, deber afrontar el reto de gestionar la longevidad en el plano digital. “Las compañías han de ofrecer mejores productos y servicios, conociendo mejor a sus clientes y anticipándose a sus necesidades”, remató.